Yan Jinyi rodó los ojos y avanzó. Estaba a punto de tirar del mango de la puerta del lado del pasajero del coche pero el conductor rápidamente la cerró con llave.
—¿Por qué cerraste la puerta? —preguntó Yan Jinyi con una expresión perpleja.
Sabiendo que ella era extremadamente brutal y agresiva, el conductor no se atrevió a ser negligente. Rápidamente respondió:
—Segunda Joven Maestra Huo, usted debería sentarse atrás con el Joven Maestro.
Yan Jinyi lanzó una mirada a Huo Xishen que estaba en el asiento trasero y dijo:
—Me gusta ir de copiloto, es espacioso y me permite tener una buena vista.
El conductor se apresuró a mirar a Huo Xishen.
Huo Xishen miró a Yan Jinyi calmadamente y dijo:
—Cariño, no le dificultes las cosas a nuestro conductor.
—Qué escoria tan bien vestida.
Ella jaló el mango de la puerta y entró en el coche, solo para que una fragancia tenue le envolviera. El aroma tenía un toque de estabilidad y madurez, justo como Huo Xishen.
