Con una expresión de indignación, el reportero dijo:
—Tu madre está siendo demasiado excesiva.
Yan Xin sollozó y dijo:
—Yo también estoy realmente desamparada, fui forzada a hacer esto. Si el señor Huo no reconoce a este bebé, tengo que... No quiero que mi vida sea arruinada por mi madre tampoco. Sé que mi comportamiento es abominable, ¡pero realmente no puedo evitarlo!
El llanto de Yan Xin era extremadamente miserable.
—Señorita Yan, ¿escuché que fue expulsada por la Segunda Joven Señora Huo?
Yan Xin miró a la cámara con algo de miedo persistente:
—Probablemente la Segunda Joven Señora Huo no me quiere porque solía trabajar en un bar, pero no le echo la culpa. Después de todo, antecedentes de mi familia de verdad no son buenos...
El mundo no sabía mucho sobre los antecedentes de la Segunda Joven Señora Huo, y la mayoría de la gente simplemente pensaba que era una heredera arrogante que nació con una cuchara de oro en la boca.
