—Mamá, ¿qué hago? Mira esto. Estoy… estoy arruinada… —Lu Qi agarró ansiosamente a Xia Qingyang.
Xia Qingyang miró las noticias en Internet. Lu Qi ya estaba agitada. —Miércoles… eso es dentro de 3 días. Tiene que ser Lu Man. Tiene que ser ella. Ella fue quien le dijo a los paparazzis. Aparte de Hermano He, ella es la única que lo sabía. ¡La policía no lo habría mencionado ya que aún no tienen pruebas! Debe haber intentado apresuradamente implicarme en todo esto. Mamá, ¿qué hago?
—Yo… Yo no puedo ir a la cárcel. Dejando eso de lado, con todas estas noticias, mi carrera en la industria del entretenimiento se ha ido completamente. Nunca podré volver a empezar. En el pasado, incluso cuando había una celebridad femenina que se había acostado con varios, solo había rumores infundados y nadie podía proporcionar ninguna evidencia concreta. Ni siquiera hice nada con él, pero una vez que la gente empiece a hablar de cómo lo intenté pero fallé y en lugar de eso lastimé al director, estoy perdida. Mamá, ¿qué hago, qué hago…
Lu Qi estaba tan asustada que comenzó a temblar. Se agarró del codo de Xia Qingyang y no dejaba de temblar.
Xia Qingyang estaba furiosa. —Tiene que ser esa p*rra, Lu Man. Ella es tan despreciable como su madre, siempre yendo a escondidas. Si no fuera por esa p*rra Xia Qingwei, tú no serías solo una triste hijastra a pesar de ser la hija biológica de la familia Lu.
Al recordar esto, el odio llenó el corazón de Xia Qingyang. Apretó los dientes y su expresión se volvió siniestra.
—¡No deberíamos haberla dejado ir hoy! —enfurecida, dijo Lu Qi—. ¡Deberíamos haberla llevado a la comisaría y obligarla a entregarse!
Lu Qi parecía haber pensado en algo y de repente agarró de nuevo a Xia Qingyang. —¡Es cierto. Podemos llevarla a la comisaría! ¿No es ella la que más se preocupa por su madre enferma? ¡Podemos usar a su madre para amenazarla!
—Pero este asunto aún requeriría a tu padre. Vamos... —dijo Xia Qingyang.
Xia Qingyang susurró algo al oído de Lu Qi mientras Lu Qi asentía profusamente.
***
En cuanto a Lu Qiyuan, todavía estaba frunciendo el ceño en el estudio. Estaba furioso con enfado debido a Lu Man, lamentando tener una hija tan desobediente como ella, que ignoraba por completo las palabras de su propio padre.
Eventualmente, escuchó la débil voz de Xia Qingyang desde fuera.
—Qi Qi, abre la puerta. ¿Qué pasa? Siempre puedes discutirlo con Papá y Mamá, no te encierres obstinadamente en la habitación y tengas todo tipo de pensamientos tontos. —dijo Xia Qingyang.
Desde la sala de estudio, Lu Qiyuan vio a Xia Qingyang de pie en el pasillo hablando fuera de la puerta del dormitorio de Lu Qi.
—¿Qué pasa? —preguntó Lu Qiyan mientras se acercaba.
Xia Qingyang parecía haber sido sorprendida y se dio vuelta. Pero en cuanto pensó en sus ojos rojos, se volvió rápidamente hacia atrás y se secó las lágrimas.
Sin embargo, Lu Qiyuan ya estaba allí. Incluso si ella se daba la vuelta y se secaba las lágrimas, ¿acaso Lu Qiyuan no lo habría visto?
Aun así, Lu Qiyan siempre caía en sus trucos.
—¿Por qué lloras? —Lu Qiyuan rápidamente jaló a Xia Qingyang hacia él, secándole las lágrimas mientras le dolía el corazón—. ¿Quién te ha hecho sentir triste? ¿O quién ha molestado a Qi Qi?