Yan Huan no dijo nada. Solo bajó la cabeza y sacó su teléfono móvil. Sus dedos tocaron rápidamente la pantalla unas cuantas veces.
Unos segundos después, su teléfono móvil sonó.
Ella levantó la vista sorprendida y le dijo a Jing Yao —Puedo hacerme cargo. Te ayudaré a cuidarlo. Puedes recogerlos cuando Pequeño Bollo sea un poco mayor y puedas tener mascotas en casa.
Jing Yao suspiró aliviado y dijo con una sonrisa —Está bien. Tú cuídalos. Pasará mucho tiempo antes de que Pequeño Bollo crezca. Para entonces, tu relación con él definitivamente será muy profunda.
Después de confirmar la adopción, la joven los llevó a buscar a Gu Fan.
Probablemente Gu Fan ya estaba dormida. El libro en su mano también cubría su cara.
Después de ser despertada por la joven, no parecía enfadada. Se cubrió la boca y bostezó antes de mirarlos lentamente.
—¿Quieren una taza de té? —preguntó Gu Fan con calma.
