Ella ya podía adivinar vagamente lo que había dentro.
Jing Yao abrió otro maletín de documentos como en un trance. Dentro había un acuerdo de transferencia de una empresa, que también estaba especificado para Liang Jing.
Jing Yao tomó una profunda respiración y volvió a poner el documento antes de devolvérselo a Zhang Ji.
—Abuelo, Tío Segundo, no puedo aceptar esto —dijo Jing Yao.
Zhang Ji no extendió la mano para tomarlo. Solo dijo:
—Este es nuestro regalo para el bebé. Tú solo lo estás administrando por él temporalmente.
Jing Yao se quedó sin palabras. ¿Quería decir que ella no tenía derecho a rechazarlo?
¿Cómo podía él darles un regalo a la fuerza?
Jing Yao dijo:
—Pero esto es demasiado caro. Todavía es muy joven. No necesita algo tan caro.
Zhang Hui hizo un gesto con la mano y dijo despreocupadamente:
—Será útil en el futuro.
Jing Yao estaba en un callejón sin salida y solo pudo buscar la ayuda de Liang Xun.
