—Liang Xun suspiró suavemente y dijo con voz ronca —Todos tienen sus propios secretos. Hay algunas cosas que no investigaré deliberadamente si Yaoyao no quiere decirlo. Sin embargo, esto concierne la salud física y mental de Yaoyao. Tengo que investigar. De lo contrario, estaré muy preocupado.
—Al escuchar eso, Jing Yao lo miró con hesitación —¿Encontraste algo?
—La sonrisa de Liang Xun era amarga —He descubierto todo lo que necesitaba. Incluso fui a ver a tu psiquiatra.
Una mirada de pánico apareció en el rostro de Jing Yao al escuchar eso. Ella agarró las sábanas con fuerza y su mirada comenzó a vagar. De todos modos, no se atrevía a mirar el rostro de Liang Xun, temiendo encontrarse con su mirada.
Liang Xun suspiró en su corazón. Extendió la mano y cubrió la pequeña mano de Jing Yao, que era más del doble de grande que la suya, con su amplia palma.
