Cheng Wan quería persuadir a su hijo nuevamente, pero Wen Chen ya había subido las escaleras con su teléfono celular.
Pensando en la pregunta de Wen Chen sobre su opinión de Jing Yuan y su hermana, Cheng Wan estaba un poco perpleja. Ella no sabía qué tenía que ver esto con Jing Yuan y se sentía un poco inquieta. Llamó a Zhang Li.
El teléfono sonó durante más de 10 segundos antes de ser contestado. La voz ronca de Zhang Li se escuchó al otro lado.
Al escuchar su voz nasal, Cheng Wan preguntó con curiosidad:
—¿Qué te pasa? ¿Qué le sucedió a Jing Yuan?
Zhang Li estaba más preocupada por Jing Yuan, así que Cheng Wan preguntó instintivamente.
La voz de Zhang Li era un poco débil:
—No, es Jing Mo. Vendió la empresa.
—¿Vendida? —exclamó Cheng Wan.
Esa fue la obra de la vida de Jing Mo y Zhang Li. La inversión de Zhang Li no fue menor que la de Jing Mo. Ella fue quien proporcionó la mayoría de los fondos, pero al final no tuvo ninguna participación en las acciones de la empresa.
