—La otra persona contestó la llamada y dijo impacientemente: Señorita Jing.
—dijo enojada Jing Yuan, ¿No dijiste que con tal de que recibas suficiente dinero, puedes obtener información sobre cualquiera? ¿Por qué no ha habido avances después de tanto tiempo?
—La otra parte se burló: Señorita Jing, busque a alguien más. No podemos permitirnos ofender a la Corporación Liang.
—Jing Yuan se quedó atónita un momento antes de decir fríamente: ¿No quieres el resto del dinero?
—Me temo que no podré gastar el dinero que gane. —El hombre al otro lado colgó después de decir eso.
—Sentada en el balcón, Jing Yao estaba tan enojada que casi arroja su celular.
—Yaoyao, ¿qué pasa? —De repente, una voz llegó desde atrás.
—La expresión de Jing Yuan cambió ligeramente. Retiró la mano, se levantó y se dio la vuelta con una sonrisa: Papá, no es nada. Discutí con una amiga.
—Jing Mo asintió y preguntó: Tu cumpleaños se acerca pronto. ¿Hay algún regalo que quieras?