—Levantó la mano y le dio una palmadita en el brazo a Zhang Ji—. No seas tan impulsivo al tomar decisiones en el futuro. No seas como un joven insensato que hace todo según tus propios deseos —lo regañó suavemente.
—Zhang Ji no tenía nada que decir después de ser regañado y solo podía asentir repetidamente.
—Todos decían que era hipócrita, pero eso en realidad solo era hacia los extraños. Cuando se trataba de su familia, la racionalidad y el criterio de Zhang Ji se veían fácilmente afectados por sus emociones.
—Era justo como cuando prometió algo a Zhang Li esta vez. Si hubiera sido otra persona, ya sería suficiente con que no lo regañaran, y mucho menos que lo hicieran estar de acuerdo.
—¿Qué le vas a decir a Yaoyao? Yaoyao solía rechazar tanto a Zhang Li. Decírselo ahora es completamente hacerle las cosas difíciles. ¿Por qué no lo olvidamos? —dijo Zhang Ji.
