—Hermano Mayor dijo que me ayudaría a encontrar al mejor abogado —Zhang Li miró a Zhang Ji suplicante—. Segundo Hermano, ayúdame. No quiero tener nada que ver con Jing Mo nunca más. Hermano Mayor no quiere ayudarme. Solo puedo rogarte a ti.
La expresión de Zhang Ji se volvió fría, y su voz aún más—. ¿Cómo quieres que Hermano Mayor te ayude? En la burocracia, cuanto más alto es el estatus de uno, más tiene que andar sobre hielo delgado. Si Hermano Mayor realmente accede a esto, no podrá pasar la prueba de Papá, y mucho menos la de otros.
Zhang Li se veía un poco avergonzada. Miró a Zhang Ji suplicante—. Pero solo de pensar en mi relación matrimonial con él me dan ganas de vomitar. Siento que estaría mejor muerta, Segundo Hermano.
Zhang Ji frunció el ceño profundamente. Miró a Zhang Li y algunas escenas de su infancia aparecieron en su mente.