Jing Yao estaba demasiado cansada la noche anterior. Cuando se despertó al día siguiente, lo hizo media hora más tarde de lo habitual.
Para este momento ya deberían haber desayunado. Después de comer, Liang Xun estaba a punto de salir.
Jing Yao ni siquiera se molestó en arreglarse. Se puso las pantuflas y salió del dormitorio.
Sin embargo, justo cuando salía del dormitorio, vio a Liang Xun caminando hacia ella.
—¿Vas a salir? ¿Vas primero al hospital hoy? —Jing Yao parecía un poco arrepentida al preguntar esto. Liang Xun había estado muy ocupado los últimos días, y solo habían desayunado juntos.
Liang Xun entendió de inmediato las intenciones de Jing Yao. Sonrió y caminó hacia el lado de Jing Yao. Tomó su mano y caminaron hacia el baño.
—Yaoyao, ¿tienes tanta prisa porque no soportas separarte de mí? —Había un tono de tentación y de orgullo inconfundible en su voz.
La cara de Jing Yao se puso roja. Miró fijamente a Liang Xun y murmuró:
