—El Asistente Especial Gu es bastante afable. ¿De qué tienes miedo? —preguntó Jing Yao a Yan Huan.
Una sombra de incomodidad cruzó el rostro de Yan Huan, pero Gu Yu no tuvo palabras.
Liang Xun también se divirtió con las palabras de Jing Yao. —No es apropiado usar la palabra 'afable' para Gu Yu, ¿verdad?
Jing Yao estaba atónita. —¿Eh? Pero eso es lo que transmite el Asistente Especial Gu.
—... —Gu Yu.
Liang Xun sonrió y se hizo eco de Jing Yao. —Tienes razón. Suele ser demasiado maduro, por eso transmite esa sensación.
Gu Yu no tuvo palabras.
Yan Huan no pudo evitar reírse al escuchar su conversación.
La mirada de Gu Yu se fijó rápidamente en su rostro.
La sonrisa de Yan Huan se congeló. El aura de su hermano mayor era tan fuerte como siempre. Eso era lo que necesitaba un abogado. Solo así podría convencer a su cliente.
Liang Xun vio la admiración en el rostro de Yan Huan y evaluó a Gu Yu sin decir nada.