La marea subía y bajaba fuera de la casa, y dentro era silencioso.
Las palmas de Song Fengwan y de Fu Chen estaban cubiertas de sudor frío. Su garganta se movía ligeramente mientras tragaba nerviosamente, su espalda fría por los nervios.
Pero no esperaba que los ojos de su madre realmente se pusieran rojos con las palabras de Fu Chen. Además, la situación se había revertido un poco demasiado rápido.
Antes de que pudiera reaccionar, Qiao Aiyun dijo sin rodeos —Fu Chen, debes saber que si ustedes dos están juntos, la familia de tu segundo hermano probablemente...
—No te preocupes. Wanwan está conmigo, así que naturalmente no permitiré que sufra ni lo más mínimo.
—Wanwan acaba de empezar la universidad. Ustedes dos... —Qiao Aiyun ya tenía una buena impresión de Fu Chen, y algo de lo que él había dicho realmente había tocado su corazón—. Aunque ustedes dos están saliendo, deben prestar atención a comportarse apropiadamente.
