Fu Sinian sostenía las fotos, su expresión calma y fría.
Cuando Xia Yunong se enteró de que el novio de Yu Manxi era de la Familia Fu, su cerebro ya había dejado de funcionar, ni hablar de escucharlo decir que esa noche había estado con Yu Manxi.
Todo su cuerpo se enfrió, y sintió como si hubiera caído en una casa de hielo. Un escalofrío penetrante la asaltaba en el rostro.
Incluso el aire se volvió frío.
—No puede ser... Imposible. Ese día, ustedes dos... —Su voz era errática, y ni siquiera se atrevía a decirlo. Su corazón estaba en tumulto.
—¿Acaso sabes mejor que yo con quién dormí ese día? —replicó Fu Sinian.
¿Durmió con él? Fu Shinan y su esposa salieron de su asombro y miraron a su hijo sorprendidos. ¿Ya se habían desarrollado hasta este punto?
Yu Manxi ya estaba demasiado avergonzada para enfrentar a alguien. Estaba tan apenada que sus orejas ardían. ¿No puede hablar menos directamente?