Pekín, residencia antigua de Fu…
Fu Chen salió de la casa con su teléfono. El viento gélido levantaba los delicados copos de nieve, y el aire era tan frío que se le metía en los huesos. Llamó dos veces antes de que la otra persona contestara.
—Hola —Song Fengwan sujetó su teléfono con fuerza, su rostro aparentemente sonrojado con una capa brillante de color.
—¿Qué pasó? —Habían pasado más de diez minutos desde que dijo que subiría a buscar el cargador.
Song Fengwan estaba demasiado avergonzada para decir que se había encontrado con su madre y Yan Wangchuan haciendo 'eso', así que solo pudo tartamudear, —… de repente tuve algo que hacer y se me hizo tarde.
—¿Estás realmente bien? —Fu Chen preguntó de cerca.
—No es nada realmente —Song Fengwan no tenía idea de lo culpable que sonaba en ese momento.
