Sun Gongda nunca esperó que Feng Yi se atreviera a apuñalarlo por la espalda. Estaba enfurecido y avergonzado por haber sido golpeado por Yan Wangchuan.
Yan Wangchuan estiró sus dedos y los cerró con fuerza de nuevo. —Sr. Sun, ¿qué más tiene que decir?
—¡Feng Yi! —Sun Gongda gritó enojado, asustando tanto a Feng Yi que su corazón estaba en su garganta. Acababa de terminar de soltarlo todo de una vez, pero ahora que había usado toda su fuerza, su cuerpo entero estaba flojo.
—Aunque quieras calumniarme, por favor hazlo mejor —Song Fengwan se rió entre dientes.
—Primero que todo, mi encuentro con Sun Rui… Digamos que fue un encuentro casual por el momento. Ella fue quien me arrastró a la sala privada a la fuerza. Además, tampoco llamé a Feng Yi. ¡Él es su amigo, no el mío! Aunque nos conocíamos de antes, ni siquiera tenemos el contacto del otro.
—¿Cómo conseguí que él drogara a Sun Rui? ¿Podría ser a través del pensamiento?
