Yuncheng, residencia Qiao…
Song Fengwan caminaba de un lado a otro en su habitación, sintiéndose nerviosa y ansiosa. ¿De verdad va a decirle la verdad a Mamá? Abrió un poco la ventana de su dormitorio y el viento que la golpeaba era fresco, pero no lograba calmarla.
De repente, hubo un golpe en su puerta, lo que la asustó tanto que se le debilitaron las piernas.
—¿Qu-quién es…
Su voz era débil y sin un ápice de confianza.
—La Tía Mayor me pidió que te preguntara si quieres bajar a tomar algo de gachas —dijo Yan Shaochen.
—Oh, está bien. —Song Fengwan tomó dos respiraciones profundas antes de abrir la puerta y salir de su habitación.
El asunto de Sun Rui los había afectado inevitablemente. La policía había golpeado la puerta de su habitación privada dos veces para preguntar sobre lo que había ocurrido en el momento del incidente. Debido a este incidente, la operación del hotel se vio afectada y la comida se sirvió muy lentamente, por lo que ninguno de ellos había comido bien.
