Después de que Song Fengwan se lavó, se acostó en la cama y estuvo jugando con su teléfono por un rato. En su mente, constantemente recordaba lo que Fu Wan había dicho, así que terminó dando vueltas y más vueltas, incapaz de dormirse.
Había habido mucha gente alrededor hoy, así que ella y Fu Chen no habían interactuado mucho. Cuando pensaba en el hecho de que mañana se iría de la capital, no podía esconder su decepción.
Mientras su mente divagaba, escuchó el sonido de una llave abriendo la puerta. Saltó de la cama asustada.
Vio cómo la manija de la puerta de su habitación giraba ligeramente. Parecía adivinar quién había venido...
Cuando levantó la manta y se bajó de la cama, Fu Chen ya había abierto la puerta, entrado y la cerrado con llave.
De pie junto a la cama, Song Fengwan tiraba de su ropa con inquietud. Su largo cabello caía a ambos lados. De repente notó que sus íntimos todavía estaban en la cabecera de la cama. Rápidamente extendió la mano y los metió bajo la almohada.
