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El invierno en la capital era seco, frío y miserable. Después del anochecer, las fuertes ráfagas de viento levantaban arena y polvo, pareciendo tragar algo en silencio.
Fu Sinian dejó la Mansión Primera Yunjin y se fue directo a la residencia antigua por ninguna otra razón que para continuar con las citas a ciegas.
La Anciana Madam Fu estaba de mal humor hoy y había organizado cuatro citas a ciegas para él de un solo golpe. Incluso había dicho directamente que no se le permitía plantar a las otras partes.
Fu Sinian no le gustaban las citas a ciegas, pero ya estaba avanzado en años. Con su familia instándole, cumpliría con los formalismos para tranquilizar a los mayores. De lo contrario, no conseguiría medio día de paz en absoluto.
