En la puerta de la casa de Fu Chen en la Mansión Primera Yunjin...
El viento frío soplaba, la helada cubría el cielo y el viento del norte aullaba. El filo del cuchillo presionado contra el cuello de Duan Linbai no era grande, pero el frío se filtraba hasta los huesos mientras presionaba su cuello. Su intuición le decía que este cuchillo definitivamente era muy afilado.
Esta era la primera vez que Duan Linbai se encontraba con algo así. Este cuchillo definitivamente no es ninguna broma. Si no manejo bien esto, realmente puede cortar mi cuello.
Se quedó parado en su lugar, sin atreverse a moverse.
—Soy tan jodidamente desafortunado —murmuró—. Últimamente, me he encontrado con desgracias una tras otra, con gamberros durante el día y bandidos por la noche.
—Parece bastante decente, y su apariencia sola vale mucho dinero, sin embargo fue a convertirse en un ladrón.
—¿Quién eres? —preguntó Qiao Xiyan, con tono frío.
Duan Linbai se quedó sin palabras.