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En el centro de esquí...
Los dos se cambiaron de ropa y regresaron a su habitación. Song Fengwan estaba tan exhausta que no le quedaban fuerzas. Sus brazos le dolían y le resultaba difícil incluso levantarlos.
—Ve a darte una ducha rápida antes de bajar a comer —Fu Chen solo observaba desde un lado, así que no había sudado en lo absoluto. Naturalmente, no había necesidad de que se duchara. Volvió a su habitación para cambiarse de ropa y después salió a poner agua a hervir y a preparar té.
Song Fengwan asintió. Después de regresar a su habitación, se quitó los zapatos y se acostó en la cama con las extremidades extendidas. Solo entonces su cuerpo se sintió más cómodo.
Tomó su teléfono y estaba a punto de navegar por Weibo un rato cuando vio las varias llamadas perdidas de Qiao Aiyun. Inmediatamente le devolvió la llamada.
La llamada se conectó muy rápido.
—Hola, Mamá
—¿En qué estás ocupada? No respondiste tu teléfono
