Bai Jianshen esperó pacientemente a que ella continuara.
—Bien. Me gustaría hacerme la prueba de la fase de ovulación mañana —dijo Shi Qian entre dientes.
Bai Jianshen reprimió una sonrisa.
—De acuerdo, lo organizaré para ti mañana.
—Gracias —El rostro de Shi Qian estaba tan rojo como un camarón hervido.
—Entonces descansa temprano. No te molestaré más —dijo Bai Jianshen y se fue inmediatamente.
Solo los dos quedaron en la habitación.
Shi Qian arrastró una silla y se sentó al lado de Fu Sinian.
Fu Sinian sintió que su dolor de cabeza disminuía. Probablemente era a causa de la medicina.
En resumen, este fue el único momento que se había sentido cómodo desde que había despertado.
¿Estaba loco Bai Jianshen?
¿No escuchaste lo que acababa de decir esta mujer?
¡Quería hacerse una prueba de ovulación!
No podía esperar para concebir su hijo.
¿Cuán inocente podría ser una mujer así?
