—El segundo hermano no dijo nada. Solo le preocupa Papá —sollozó Gillian Thompson, interrumpiendo—. Papá fue llevado a la sala de emergencias después de reunirse con ella. Es natural que el segundo hermano sospeche... después de todo, siempre han estado en desacuerdo...
—¿Quién dices que está en desacuerdo? —Amanda Leaford la reprendió y, arrojando una mirada a Ethan Hopkins, un toque de impaciencia cruzó su rostro—. Lleva a tu gente e inmediatamente vete. No mereces estar aquí.
Esta fue la primera vez que Ethan Hopkins se encontró con su suegra, y nunca imaginó que ella sería tan feroz, tan venenosa en sus palabras.
El rostro de Ethan Hopkins cambió ligeramente. Su mirada vagaba, sin encontrar dónde fijarse.
Frente a la acusación de Amanda Leaford, Gillian Thompson ya no estaba tan herida y triste como antes.
Amanda Leaford no era su madre biológica en primer lugar, por lo que no tenía expectativas y por lo tanto no desilusiones.
