—El Sr. Albert Lambert ha sufrido un ataque al corazón y está siendo tratado en el Primer Hospital de la Ciudad Capital. Pedimos amablemente que los familiares acudan al hospital para gestionar los trámites necesarios lo antes posible.
—De acuerdo, voy enseguida.
Harry Lambert colgó el teléfono y estaba por levantarse de la cama cuando el Número 4 lo detuvo.
—¿Estás loco? Mira en qué condición estás. El doctor dijo que tienes las piernas rotas. Aún no puedes moverte —el Número 4 lo miró con irritación—. Me encargaré yo de lo que sea necesario mientras tú descansas y te recuperas. Deja de causar más problemas a todos.
Harry Lambert negó con la cabeza:
—Tráeme una silla de ruedas. Quiero ir yo mismo.
Albert Lambert era mayor y podía tener fácilmente un accidente.
Había permitido que Albert Lambert viera su entrevista en vivo ayer, pero ocurrió un accidente.