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El señor Jenkins se rió entre dientes.
Ni siquiera mencionar que era varias décadas mayor, incluso si fuera diez años más joven, se haría cargo de la organización.
Desde tiempos antiguos, ningún hombre ha estado desinteresado en el poder y la riqueza.
Lamentablemente, su edad lo había alcanzado y no viviría mucho más. Tomar esta organización en sus manos sería un desperdicio. Sería mejor encontrar un sucesor adecuado temprano para beneficiar a las futuras generaciones.
—No quiero engañar a abuelo. Estoy interesado en esta organización y espero que abuelo me la entregue —al oír estas palabras, el señor Jenkins simplemente sonrió y permaneció en silencio.
Admiraba la osadía de su nieto, quien había cambiado mucho de su anterior yo tonto.
—Abuelo también quiere entregártela, pero este asunto fue decidido por tu papá en aquel entonces... —el señor Jenkins dudó.
