Al principio, se sintió agraviada por ser confundida con una tía, pero ahora sentía que esta identidad era buena, permitiéndole acusar a la familia Thompson desde una posición moral elevada y facilitando ganar simpatía.
—Si no entregas a Gabriel, iremos a la policía y veremos si ustedes, gente de los Thompson, aún tienen algo de vergüenza.
—Adelante, llama a la policía entonces —una voz fría interrumpió.
En la puerta de la habitación del hospital, Molly Walker se encontraba erguida, su bata blanca ocultando su figura, su rostro tan pequeño como una palma pero increíblemente hermoso, sus hermosos ojos llenos de frialdad.
Al verla, el rostro de Amanda Leaford se llenó de pánico:
—¿No te pedí que no vinieras?
Molly le dio una mirada tranquilizadora y se dirigió a Lily Turner:
—Gillian Thompson está desaparecida, ¿por qué no llamaste a la policía?