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Frente a él había una chica con un vestido rosa, cabello largo negro y una piel tan blanca como la nieve. Mirando esos ojos... más brillantes que las estrellas en el cielo, rebosantes de reflejos de luz del agua. Parecía como si acabara de llorar, tirando de las cuerdas de su corazón...
Si la belleza escolar, Cheng Xue, era hermosa, entonces la chica frente a él era como un ángel caído.
Ling Dong sintió como si su propio corazón hubiese sido golpeado fuertemente. Su latido retumbaba continuamente en su cabeza, confundiendo todo su ser.
Ye Wanwan estaba acostumbrada a ver esta expresión atónita de él cada vez que se cruzaba con ella, pero había algo diferente en la expresión de Ling Dong esta vez.