—Fue como si un trueno explotara en la cabeza de Ye Mufan cuando escuchó a Ye Wanwan llamarle ge ge.
—Wan… Wanwan… ¿eres tú Wanwan? ¡Mierda! ¿Estoy soñando?! Tú… ¿tú eres la recién nombrada gran jefa de Deslumbrante, Ye Bai? No, espera, ¿no es Ye Bai un hombre? No, no… ¿Ye Bai en realidad es una mujer? —Ye Mufan estaba tan confundido que sus palabras se volvieron incoherentes.
—¿Tienes que sorprenderte tanto? —Ye Wanwan levantó sus cejas y se sentó lánguidamente en el sofá del lado.
En ese momento, aunque Ye Wanwan todavía estaba disfrazada de hombre, cuando el aura fría y amenazadora a su alrededor desapareció y su expresión se suavizó, su sensación de familiaridad aumentó gradualmente.
Ye Mufan finalmente creyó que la persona frente a él era realmente su propia hermana menor. Puso su mano sobre su pecho donde su corazón casi dejó de latir. —¡Obviamente! Casi me da un infarto justo ahora, ¿está bien? ¡Esto fue un completo espectáculo de magia! —comentó.