Si Shaoting la hubiera escuchado en aquel entonces, obtenido el divorcio y se hubiera casado con Meixuan, ¡tantas cosas no habrían sucedido! Quizás su hijo no solo tendría a Yiyi sino un par de hijos más.
Ahora todo confirmaba lo que ella había pensado antes: aunque Liang Wanjun tuviera hijos, eran dos bribones indignos que traían problemas a la familia Ye.
Tan Yilan estaba tan furiosa que estos pensamientos la inundaron. Empujó bruscamente la mano de Liang Wanjun. —Ya dije que la virtud es la cualidad más importante de una esposa. Mi mayor error en la vida fue no impedir que Shaoting se casara contigo. ¡Mi hijo mayor y mi nieto fueron destruidos por tus manos!
Al escuchar esta crítica despiadada, Liang Wanjun sintió un dolor agudo en su corazón. —Mamá...
Tan Yilan estaba tan enojada que empezó a respirar pesadamente. —¡Pierdete! ¡No me llames 'mamá'!
Liang Meixuan y Ye Yiyi avanzaron en el momento perfecto.
