—¿Tú... qué estás tratando de hacer? Ye Mufan, te lo advierto: si te atreves a hacerme algo, estás muerto —gritó Shen Mengqi.
*Swish*
—¡AH— Shen Mengqi gritó.
Sintió una corriente de aire en su rostro mientras un puño se estrellaba contra la pared detrás de ella.
El puño de Ye Mufan se cubrió de sangre al instante. La miró fríamente hasta que toda la luz en sus ojos desapareció.
Tres segundos después, Ye Mufan lentamente se enderezó y salió de la habitación.
Ye Wanwan echó un vistazo a Shen Mengqi y He Jun Cheng y luego también se fue.
Después de que los dos se fueron, Shen Mengqi gritó furiosamente: ¡MALDITA SEA!
Su plan era tan perfecto al principio, pero al final, todo se arruinó.
Afortunadamente, aunque Ye Mufan se volvió contra ella, no sería capaz de encontrar ninguna evidencia, por lo que este incidente nunca la incriminaría.
Pero perder así a un trabajador gratuito la hizo muy infeliz...
