—¡Ah ah ah! ¡Maldita sea! ¡Tan... tan apuesto!
—¡Más que apuesto! ¡Es simplemente de otro mundo!
—¡Lo más importante, es el aura! ¡El aura! ¡Dios mío! ¡Estoy a punto de desmayarme!
Cuando Ye Wanwan miró por la ventana, se quedó paralizada y los gritos en sus oídos se volvieron distantes, dejando un silencio sepulcral. Todo lo que vio fue a ese hombre.
Esa expresión inemocional y distante en su rostro perfecto. Se acercaba lentamente bajo la lluvia con un paraguas. Simplemente parecía un gran diablo que había estado viviendo en reclusión en una cueva y de repente llegaba a la tierra, listo para destruir a toda criatura viviente.
¡Maldita sea!
¿Qué acabo de ver?
¡Si... Si Yehan!
Ye Wanwan estaba primero cautivada por la belleza del gran diablo, totalmente hechizada por ella.
Su segunda reacción: ¡Estoy muerta! ¡Es mi aniversario de muerte dentro de un año!
¡Mierda! ¿Por qué? ¿Por qué aparecería Si Yehan de repente en la escuela, ahhhh!