—De acuerdo —dijo Shen Hanxing con una sonrisa tenue—. Esperaré a que llenes la vitrina de mi habitación.
La sala estaba llena de calidez. Cuando el mayordomo de la familia Ji vio esta escena, no pudo evitar suspirar. Desde que Shen Hanxing estaba aquí, la familia Ji finalmente se sentía como en casa. El mayordomo se volteó y quería llevarles algunas bebidas. Sin embargo, cuando se giró, se sorprendió al ver la alta figura que estaba detrás de él en silencio. Exclamó:
—Señor, ¿cuándo regresó?
Shen Hanxing y los demás también volvieron la cabeza al oírlo. Vieron a Ji Yan de pie en la entrada mirándolos. No sabían desde cuándo había estado allí.
—Señor Ji —Shen Hanxing, rodeada por los hermanos menores, sentada en el sofá, le dio a Ji Yan una sonrisa suave. Con las cejas relajadas, sonrió:
— ¿Por qué no entras?
