—¡No creeré tus tonterías! Aunque hayas usado métodos seductores para embrujar a mi hermano en el pasado, eso ya es pasado. ¡Mi hermano está a punto de comprometerse con la hermana Su Ling! —Lu Nuannuan hizo oídos sordos—. Déjame decirte. Si sigues excediéndote, mandaré a alguien para que te eche. Una perra es una perra. Nada puede cambiar eso. Incluso si logras casarte con alguien rico, no serás una princesa. Sigues siendo la misma chica del barrio bajo.
—¿A quién dijiste que quieres echar? —La mirada de Ji Yan se volvió fría, y miró a Lu Nuannuan de manera imponente—. Señorita Lu, suenas como si fueras la jefa aquí.
—Yo, yo no dije nada malo. —Lu Nuannuan se encontró con la profunda mirada de Ji Yan, y su rostro no pudo evitar palidecer. Su cuerpo tembló. Levantó la cabeza y apretó los puños—. Hoy es la fiesta de compromiso de mi hermano y la hermana Su Ling. Es una ocasión alegre para la familia Lu. ¡No damos la bienvenida a nadie con malas intenciones!
