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El té estaba hirviendo, pero Shen Fanxing no dudó en sujetar la barbilla de Shen Qianrou para verter el té en su boca.
—Ahhh
Sintió un dolor agudo en sus delicados labios. Shen Qianrou abrió la boca para beberse el té.
Después de que el dolor asaltara su lengua, se quedó entumecida.
Se terminó la taza de té de un sorbo.
Ocurrió en un instante.
Para cuando Su Heng logró reaccionar, Shen Fanxing ya había dejado la taza a un lado.
Se suponía que esto debía ser brusco, pero ella sintió que todo el proceso fue más bien elegante. Con sus espaldas hacia la ventana y sus siluetas reflejadas, parecía que estaba alimentando a una amiga.
Giró la cabeza con calma y sonrió levemente. Con suavidad preguntó:
—¿Quieres más?
Llevantó la tetera y la colocó en el borde de la mesa. —Todavía queda mucho té. Si no es suficiente, puedo pedirle al camarero que lo rellene.