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Ella le había dicho que quería ser testigo del momento más importante de su vida.
De pie entre la multitud, Shen Fanxing miraba al hombre que estaba en el lugar más brillante.
Él parecía un dios esa noche, que había descendido del cielo para salvarla del abismo frío.
Ella después de todo era una mujer.
¿Cómo no iba a emocionarse por su acto?
No, no solo esta noche.
Desde el momento en que él apareció en su vida.
En el escenario, Bo Jinchuan se mantenía impresionantemente alto con la espalda recta como una vara. Tenía rasgos únicos y su comportamiento era fresco como la brisa. Parecía capaz de llevar cualquier expresión. Era estable, tranquilo, caballeroso, frío, agudo y serio...
Podía mostrar cada expresión a la perfección.
En ese momento, se encontraba allí con una expresión severa. La arrogancia y dominancia asfixiante emanaban de sus huesos.