Qiao Nian ya había despertado. Xu Qian pensó que no había necesidad de que ella se quedara aquí más tiempo. Caminó hacia el quirófano, queriendo entrar y ayudar.
Gu Zhou miró el rostro pálido de Qiao Nian y entrecerró los ojos. —Tú…
—Lu Zhu se volvió así porque quería salvarme. Si le pasa algo, definitivamente no me perdonaré —interrumpió Qiao Nian de manera subconsciente.
Qiao Nian sintió que había bajado la guardia en el hotel, por eso Yue Song había aprovechado la oportunidad para atacarla. Sin embargo, había causado que Lu Zhu resultara herido.
Además, Lu Zhu todavía estaba inconsciente y no estaba fuera de peligro.
Qiao Nian odiaba deber favores, incluso si esa persona era Lu Zhu, quien estaba relacionado a ella por sangre.
Viendo lo inestable que estaba Qiao Nian, Gu Zhou no quiso hablar más de lo que acababa de decir. La consoló suavemente:
—Lu Zhu definitivamente estará bien.
—Espero que así sea.
En este momento, en el quirófano.
