Hermano Cao desvió su mirada de la chica. Una joven adecuada para el señor Dong Hua debía ser bella, amable, pura y adorable. Tenía que pensarlo bien más tarde y esforzarse por sacar al señor Dong Hua de la soltería.
Hermano Cao miró a Xia Xue. Si Xia Xue no hubiera regresado a la residencia a cambiarse de ropa, él la hubiera considerado seriamente. —El oído del público es agudo. Xia Xue, ven y toca. Creo en tu talento y tu trabajo duro. ¡Tienes que ser mejor que una estudiante nueva!
Por alguna razón, Hermano Cao sentía que había algo mal en la manera en que Lu Nian lo miraba.
El cuerpo del Hermano Cao se tensó involuntariamente. Ya no se atrevía a respirar fuerte.
—¿Qué estaba pasando?
—¿Qué estaba intentando hacer el señor Dong Hua?
—¿No debería enseñarle una lección a Qiao Nian?
Hermano Cao se volvió a mirar a Qiao Nian. Vio que la bella joven estaba hablando con un compañero de clase al lado suyo. La sonrisa en su rostro le aceleraba el corazón.
