—Ah, cierto. Esta grabación captura mi conversación con él —afirmó Fang Yuan con calma, sacando otra memoria USB—. Documenta su admisión de culpa por los crímenes que cometió. Merece una sentencia más larga…
—¡Tú, chica engañosa! ¿Cómo te atreves a engañarme? Suéltame. Has atrapado a la persona equivocada. Soy inocente…
—No hagas caso a las tonterías de esta chica. Soy inocente. No he participado en ninguna actividad ilegal…
—Oficial, suélteme. Alguien podría ver esto.
—Suéltame; me han acusado erróneamente…
Las protestas de Zhao Quan se desvanecieron mientras lo llevaban.
Wang Ning, apostado en la puerta de la oficina, observaba cómo la policía escoltaba a Zhao Quan. Su mirada hacia Fang Yuan contenía una mezcla de asombro y reverencia, como si ella fuera una deidad.
Zhao Quan, el "gran villano" de la compañía, ocupaba un puesto prominente y había cometido numerosas fechorías. ¿Qué método había empleado Fang Yuan para entregarlo a la policía?