Si Cheng cogió la taza de té de la mesa despreocupadamente y tomó un sorbo lentamente. Las comisuras de sus labios se curvaron levemente. —Las dos hermanas no son nada bueno. El hijo de Tan Si definitivamente no es mío. Ella quería conspirar contra mí, pero yo contraataqué. Ya que es tan baja y desvergonzada de querer drogar a los hombres, cumplí su deseo.
Cuando Zheng Wen escuchó esto, parecía como si lo hubiera esperado. —¡Ja, lo sabía! Tan Si no parece el tipo de persona que conoce su lugar. Tiene los ojos revoloteando todo el día. ¡Siempre está pensando en conspirar contra los demás!
Cuando la pareja de ancianos de la familia Si escuchó las palabras de su nieto, fruncieron el ceño. —¿Por qué no lo dijiste antes? ¡Pensé que realmente era mi nieto mayor! Incluso fui a verlo cada pocos días. ¡La madre de Tan Si solo sabe usar el registro de ese bastardo para intimidarnos!
