Antes sentía que las personas no deberían lavar sus trapos sucios en público. Jamás le contaría a su familia sobre estas cosas, aunque la golpearan hasta la muerte. Esta también era la razón por la cual la familia Xia nunca se había dado cuenta de que Xia He estaba infeliz.
Sin embargo, sentía algo diferente con Qiao Mei. Cuando se encontraban, era como si estuviera viendo a su propia hermana y se sentía especialmente cercana a Qiao Mei. Además, Qiao Mei era muy ingeniosa y podía encontrar muchas ideas inteligentes para resolver sus problemas. Qiao Mei tampoco se la pasaba contando a los demás sobre sus cuestiones ni la regañaba para que fuera una buena esposa y madre.
De Qiao Mei, había aprendido que las personas deben ser fieles a sí mismas.
—Entonces, ¿cómo manejaste este asunto? ¿Piensas dejarlo así? —dijo Qiao Mei con enojo.
No esperaba que Kong Li hubiera hecho tantas cosas. Si Xia He se lo hubiera contado antes, habría ido a darle una lección a Kong Li.