—¡Fui yo quien le pidió a Xia Zhe que me trajera aquí porque tenía problemas para dormir. Padre, no te enojes. ¡Solo quiero venir y echar un vistazo! —dijo Qiao Mei dulcemente.
—¿No te sientes bien? ¿Quieres que tu tía venga y te examine? ¿Cuándo empezaste a tener problemas para dormir? —preguntó rápidamente Xia Mao cuando escuchó que Qiao Mei tenía problemas para dormir.
Ante una serie de preguntas rápidas, Qiao Mei no sabía cuál responder primero. Xia Mao se volvió hacia Xia Zhe y dijo:
—¡Por qué no te preocupas por la salud de Qiao Mei! ¿Cuánto tiempo ha estado así! ¿Es así como la tratas! Llamaré a tu tía para que venga y la examine.
Tras decir eso, quiso ir al puesto de periódicos de al lado para llamar a Xia Fang. En esa época, no había teléfonos móviles. Todos dependían de la cabina telefónica o del teléfono fijo en casa para hacer llamadas.
