—No fuimos allí para investigar. En cambio, pensamos en una forma de darle algo —dijo Xia Zhe.
Qiao Mei apartó la mano que vagaba por todo su cuerpo. Su corazón dolía al pensar que podrían haber regalado algún tesoro que sería invaluable en el futuro. Xia Zhe y los demás no entendían cómo se desarrollarían las cosas en el futuro y no conocerían el valor de las cosas que enviaron. Qué lástima.
—¿Es lo que enviaste muy valioso? ¿Es algo de nuestra casa? ¿De qué maestro es la caligrafía y pintura, o es porcelana antigua? Dime rápido, me estoy poniendo muy ansiosa —dijo Qiao Mei con dolor en el corazón.
Aun si estas cosas fueran desenterradas, He Ning definitivamente haría una verificación cuidadosa sobre si la tierra en las superficies había sido tocada por alguien más. Si la tierra en los artículos no era tierra antigua, entonces este asunto sería descubierto.
