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Cuando Kong Li vio a Kong Lu, enderezó la espalda instantáneamente como si hubiera encontrado su columna vertebral.
—¡Hermano mayor! ¡Has llegado! ¡Empujaron el televisor al suelo! —dijo Kong Li mientras señalaba a los niños de la familia Sun.
El niño mayor se levantó inmediatamente y señaló a Kong Li mientras gritaba:
—¡Estás mintiendo! ¡Fuiste tú quien lo empujó! Somos niños, ¿cómo vamos a ser tan fuertes como tú!
Con eso, el niño mayor dio una mirada a todos sus hermanos. Los niños corrieron desesperadamente hacia fuera y nadie pudo detenerlos aunque quisieran.
Kong Lu se hizo a un lado para que pasaran los niños y caminó lentamente hacia la casa de Xia Fang. Estaba hecha un desastre, como un campo de batalla después de una guerra.
Aunque nunca había estado allí antes, recordaba a Xia Fang como una persona elegante y gentil que era ordenada y meticulosa. Estaba bastante seguro de que esta casa definitivamente no lucía así originalmente.
