—Cuñada, ¿crees que Qiao Yu realmente robó algo de alguien más y lo escondió? —preguntó Jiang Ye.
—No puedo decirlo con seguridad. En cualquier caso, si no lo hizo, ¿por qué la gente hablaría tanto del asunto? Lo hacen sonar como si fuera verdad —dijo Liu Ying después de pensar por un largo tiempo.
Ambas continuaron su camino hacia la entrada del pueblo ya que no podían encontrar a Qiao Yu tras buscar en todo el pueblo. Las dos mujeres estaban tan cansadas que se sentaron bajo el árbol para descansar. Aún tenían que continuar la búsqueda más tarde y si no tenían éxito, tendrían que ir casa por casa a preguntar.
—Cuñada, si aún no podemos encontrarla, nos van a golpear cuando volvamos. ¿Qué podemos hacer? —preguntó Jiang Ye ansiosamente.