Chereads / Necrópolis / Cap 1: El comienzo de la caída

Necrópolis

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Synopsis

Cap 1: El comienzo de la caída

E stoy apunto de caer, caer a ese abismo sin fin en donde las almas que dejan la vida mortal se dirigen después de su partida, a mis lados lo único que veo es un desierto oscuro de cenizas negras donde no hay y abra vida nunca, delante mío solo veo una fila que cada vez se va haciendo más corta a medida que avanza hacia ese agujero de un verde esmeralda en donde Dios sabe que me espera en ese lugar luego de atravesarlo, los lamentos de las almas más el viento fuerte que te hace congelar tu espíritu son lo único que se oye en este lugar, al parecer y por lo que me di cuenta, veo que varias de las almas aún mantienen su forma física y en esta veo como son de distintos tiempos y religiones, como si el tiempo fuese uno solo en este lugar y no importa de que religión o dios creas, siempre terminarás en donde estamos ahora.

Al parecer aún conservo mí piel blanca y mí cabello blanco algo largo de cuando fallecí en aquella guerra, esperanzado de que el Valhalla aquella en donde los guerreros que mueren en batalla son recogidos y llevados ante Odín en donde los espera un gran banquete pues lastimosamente no son más que mentiras ahora mismo ante el lugar en donde estoy ahora, la fila se hace más corta y más corta cada vez más y más, puedo oír los gritos de las almas de aquellas personas que se tiran al hoyo que cada vez brilla más con su tono de verde esmeralda, el único color vivo que se ve en todo este lugar.

-ya estoy cerca.

Susurró en voz baja mientras veo cada vez más de cerca como es aquel agujero en donde me tocará lanzarme y la verdad no es para nada alentador, en aquel lugar lo único en donde todos los seres vivos coinciden en ese agujero solo hay muerte.

-dos más.

Nuevamente digo en vos baja ya que mis fuerzas solo se concentraban en aguantar el frío de aquella aparente dimensión en donde estaba ahora mismo que sin dudarlo era inimaginable el frío que había. Escucho al que está delante de mí, al parecer es un soldado romano que le está rezando a su Dios que lo perdone por lo que hizo, veo hacia atrás mío y lo único que llego a ver es una fila interminable de personas y seres que jamás e visto pero comparten la muerte con nosotros los seres humanos.

-Uno más.

Esto es aterrador, toda esperanza se ah ido cuando miro lo que hay en ese agujero y es que lo único que habita en ese lugar son un montón de almas queriendo escapar y atrapandote para que te unas a ellos. No lo había visto pero gracias a un rayo que iluminó este oscuro lugar pude ver a dos seres con forma de aquel Dios perruno de la mitología egipcia que vigilaban aquel lugar.

_Es tu turno humano

Veo a aquellos seres, sus ojos eran de color verde en forma de fuego, sostenían ambos un bastón en donde la cima era una calavera, detras de aquel hoyo y de los seres se encontraba un gran reloj de arena que estaba apunto de terminar y cuando estoy a punto de lanzarme veo que uno de esos perros pone su bastón enfrente mío evitando lanzarme, el otro va hacia el reloj y lo toca reiniciando este mismo y de reojo veo como las almas del agujero se van en un vortice hacia donde quiero creer yo es al inframundo, el guardián del hoyo que es como los quiero llamar a esos seres en forma de perro quita su bastón del frente mío.

-ya llego la hora, esperaba que fuese algo mejor...

Con melancolía digo mientras me lanzó hacia aquel lugar donde ya en sus alrededores habia ese verde esmeralda pero en el centro de aquel agujero había una oscuridad que aterraba incluyo a los más valientes, al lanzarme sentía como mi cuerpo se desintegraba en lo que parecía fuego consumiendo mí cuerpo y alma.

_¿ Quieres seguir manteniendo tu cuerpo, oh mortal ?

Escucho la voz seca y grabé de lo que parecía un hombre.

Asustado y sin nada que perder le respondo.

-por favor, quisiera mantener mí cuerpo.

_entonces ven conmigo, humano.

Caigo en un lugar que se puede describir con pocas palabras, pero con una que encaja perfectamente es con aterrador.

Trato de ponerme de pie pero caigo, me resulta muy difícil al no tener mí cuerpo fisico, acostumbrado a este tardo tiempo en dar mis primeros pasos, avergonzado al sentirme como un bebé aprendiendo a caminar me dirijo lentamente por las calles oscuras de aquel lugar, iluminando mí camino con lámparas del mismo color esmeralda de aquel hoyo, estás luces esmeraldas de aquel color estaban hechas de almas que giraban y seguirán girando al parecer por el resto de su eternidad, al llegar al final de la calle veo a lo lejos como se impone un gran castillo tan negro como la noche, en el medio una gran puerta con la misma iluminación verde de las almas, al parecer el inframundo estaba construido con almas, arriba de todo el castillo se ve una gran luz esmeralda, como si fuera un farol, está ilumina todo el lugar.

-Es simplemente hermoso y escalofriante este lugar.

Me dirijo al centro del lugar donde había un gran círculo verdoso y noto que a lo lejos existe una escalera, me decido a ir para ese lugar mientras observo todo con curiosidad.

-Realmente es hermoso un lugar así aunque me parece algo solitario, ¿Quien será esa voz que me invoco aquí?

Llegando a las escaleras veo el cielo y este pareciera que quisiera llover pero no cae ninguna gota de agua, era un lugar realmente solitario aquel sitio, me pongo enfrente de las escaleras cuando de golpe escucho un rujido que me hace tambalear, trato de guiarme de dónde proviene y noto una figura de cuentos de hadas, era... Un dragón.

-Oh Dios.

De aquel círculo se formaba un pantano del cual salía la forma de un dragón, este lanzaría un rugido que haría temblar todo el lugar, sin tantas vueltas trataría de subir las escaleras como pueda pero al no estar acostumbrado a subir los escalones trato de imitar a aquellos fantasmas de las historias y lo logro, subo las escaleras mientras que aquella criatura lanza una especia de fuego de color verde oscuro, este afortunadamente no logra darme, sigo subiendo las escaleras y el dragón con sus garras trata de atraparme, pero no lo logra y logro terminar de subir todos los escalones, al estar ya en el castillo puedo notar que el dragón estaba encadenado y no podía moverse, me quedo mirando a esta criatura tan impresionado de que algo así exista pero luego pienso en todo lo que eh visto y se me pasa la emoción, sigo con mí camino adentrándome y noto una gran puerta enfrente de mí, trato de dar un respiro pero recuerdo que soy un alma .

-que idiota, tratando de respirar y solo soy un alma.

Al estar ya enfrente de la puerta escucho una voz conocida, aquella voz que me invoco a este lugar y me prometió mí cuerpo fisico de nuevo.

_Adelante, no seas tímido y pasa.

Me pongo firme y las puertas se abren lentamente, iría moviéndome lentamente mientras observaban todo el interior del castillo, al frente se encontraba una persona, está vestía una túnica negra, en su obró una especie de armadura con garras y en sus brazos las mismas garras, en su mano derecha portaba una hoz, tenía el pelo largo hasta los hombros de color negro como si tuviera un agujero negro de cabello, detrás de el se notaba una figura de un perro de tres cabezas, rápidamente reconocí a esa figura y era Cerberus, el guardián del inframundo.

-Cerberus, y tu debes ser Hades el Dios de este lugar.

_Parece que los mortales de tu época aún no me han olvidado, un gusto en conocerte, soy como ya sabes, Hades uno de los gobernantes de este lugar.

Diría con una voz tan penetrante, grabé y elegante, como si fuese un mayordomo, su voz se haría escuchar por todo el castillo, este se sentaría en su trono y pondría una mano en su barbilla.

_Tengo un trato que podría interesarte, pero antes de hablar de negocios dime. ¿como se llama usted?

-que modales los míos. Mí nombre es Samssaro, un gusto en conocerlo.

_El placer es mío Samssaro, bien como iba diciendo, el trato es el siguiente, usted recupera su cuerpo mortal y si lo hace bien en su trabajo le daré la posibilidad de reencarnar en lo que usted quiera, claramente no sera una deidad ya que eso sería muy estupido, pero si podrá reencarnar en cualquier cosa y en cualquier tiempo. ¿ Le parece bien ?

-Me parece bien. ¿y que puedo hacer yo por usted, Sr. Hades?

_Simple mí buena alma, necesito que hagas una serie de " trabajos" en donde visites a los cuatro reyes del inframundo, cada uno está en su propio inframundo así que vas a tener un largo viaje por recorrer.

-Son cuatro reyes para el trabajo. ¿ Y usted que sería aparte de la deidad ?

_Veras déjame explicarte algo, somos 5 deidades gobernantes de todo el inframundo incluyéndome, antes éramos 6 pero uno de estos decidió convertir a un mortal en Dios y bueno, digamos que ahora somos 5 gobernadores de este suelo.

-¿Es por eso que no puedo ser una deidad? O ¿Existe una razón oculta del por qué no puede darme ese poder?

_Eres muy inteligente pobre alma, bien, la serie de trabajos que tienes que hacer serán enviadas a un mensajero, este te seguirá a dónde estés y en ese momento sabrás el trabajo, ya sea sabotear los trabajos de lo demás reyes o algo tan alocado cómo matar a uno de estos. Pero son pequeñeses, por ahora encargate de este trabajo.

El levanta la mano izquierda y de sus manos se forma una hoja algo gastada.

_Deberas de encargarte de un asesino que anda vendiendo almas, este asesino mata a mis súbditos y vende sus almas en los demás reinos del inframundo, esto hace que me irrite y pierda poder ante los demás reyes.

El se levanta y se dirije hacia mí , al estar al frente mío este pone su dedo en donde debería estar mí frente y rápidamente una masa de carne, piel y hueso se empieza a expandir formando un cuerpo humano, ya con mí cuerpo empiezo a mover mis piernas y ver mis brazos como si fueran partes que no veía hace siglos.

-Genial, ya tengo mí cuerpo, muchas gracias señor Hades.

_No es nada y recuerda, acaba con ese asesino y reclama su alma, esto hará que todas las almas que tiene en su poder sean transferidas hacia mí y recupere todo el poder perdido.

-de acuerdo, señor .

Al decir eso, Hades me mira a los ojos y de repente me encuentro en un camino, era la puerta principal de la ciudad central del territorio de Hades, siento una gota de agua caer en mí cabello, y veo como llueve en toda la ciudad.