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Chapter 91 - El templo de los gatos

Parte única

Nos tuvimos que levantar temprano, en este momento habia una fuerte nevazón, pero por lo visto no cancelaron el tour al templo, yo estaba algo nervioso por el viento, por suerte aun no era lo demasiado fuerte para asustarme, pero tenia miedo de que eso podría pasar en cualquier momento.

-Vamos no pasara nada Hikaru, ven ponte esto.

Emi, me coloco un gorro de lana para protegerme del frio, ya que íbamos a salir pronto.

-Además Hika me tienes a mi, y a Emi para cuidarte si el viento se pone fuerte.

-Tienes razón Aki.

Emi me miro.

-Que dijo la fantasmita, Hikaru.

-Que las tengo a las dos por si algo sale mal.

Emi me apunto con su mano, diciendo lo mismo que Aki, sonriendo al final.

Nos apuramos para salir, ya que se estaba haciendo tarde, Emi paso por una tienda de suvenires, donde curiosamente vendían placas y collares para gatos, así que se las encargo para Karu, y dijo que las retiraría al volver del templo.

Sin más tomamos el bus, ya que el templo estaba a 30 minutos en vehículo subiendo por la montaña, el bus estaba repleto de gente que nos acompañaba que también iba con nosotros a la excursión. La nevazón no habia parado, pero para suerte mía tampoco habia empeorado.

Al llegar creo que todos quedamos boquiabiertos, sabíamos que el templo era grande, pero esto era ridículo, la construcción que databa del año mil setecientos aproximadamente, media unos cincuenta metros o más, además estaba lleno de gatos, y cuando digo lleno, es que solo por la entrada habia más de cien, lo primero que impresionaban eran ocho columnas de piedra tallada hasta el techo, y el techo estaba como a unos diez metros de altura.

En los pilares habian talladas antiguos jeroglíficos muchos con forma de gatos. La historia del templo contaba que un Dios que fue expulsado de los cielos por acostarse con las esposas de otros dioses fue exilado cuando fue sorprendido acostándose con la hija del dios del relámpago, entonces lo lanzaron a la tierra en forma de un gato de las nieves. La leyenda cuenta que desde que el cayo en esta montaña, ayudaba a los humanos perdidos y los guiaba a un antiguo pueblo que por desgracia ya no existe. También surgió el mito que muchas mujeres de ese pueblo terminaban embarazadas sin supuestamente tener pareja, así que le atribuyeron que el dios que caminaba junto a los mortales de vez en cuando salía a divertirse, y le encantaban las jovenes.

Con el tiempo le hicieron un templo en su nombre al Dios Nekosis, el dios protector de la montaña, de los gatos y la fertilidad, al poco tiempo después de la creación del templo, comenzaron a llegar gatos de las nieves bastante amistosos con los humanos, y más adelante también comenzaron a llegar gatos de todo tipo, esa parte que al menos si es cierta aun no se sabe el motivo del porque los gatos se sienten atraídos a este lugar.

Honestamente no me creía nada de la leyenda, si era interesante, pero ya con todo lo que habia vivido si me dieran al menos algo que se pareciera a una prueba que ese dios existió me lo podría llegar a creer.

Seguimos internando en el templo mientras el guía nos iba contando la historia del lugar o cosas que fueron sucediendo. 

Como la vez que hace cien años donde el monje que estaba a cargo llamado Mu ku, tuvo un accidente en la montaña por la nieve, cayo por un acantilado fracturándose la pierna, el pensó que iba a morir en ese lugar, de hecho nos cuentan que después de la caída quedo inconsciente, y que cuando recupero la conciencia un gato de las nieves gigante lo arrastro hasta el templo.

Nos llevaron a un especie de vitrina donde estaba el diario de ese hombre, el diario estaba justamente abierto en las paginas que contaban justo lo que el guía dijo.

Aki no se creí para nada las historias, pero estaba encantada con el lugar, y al menos esta vez no se sentía mal porque los gatos no interactuaran con ella.

Caminar a veces era difícil por la cantidad de gatos que habian en el lugar porque de cientos pasaron a ser miles, curiosamente el lugar no olía ni a orina de gato o a su excrementos, me llegaba a preguntar como mantenían el lugar tan limpio.

Emi le tomaba fotos a casi todo lo que veía, de vez en cuando también se tomaba fotos ella misma, era gracioso que de vez en cuando se le caí el teléfono cuando intentaba posar al solo poder ocupar una mano.

Después nos llevaron a la sección principal que si que nos sorprendió nuevamente a todos las personas que asistimos al tour, una estatua gigante del Dios Nekosis de bronce, el guía decía que la estatua media veinticinco metros, y que en este lugar la altura del techo era la más alta con treinta y cinco metros de altura, aqui también habian varias columnas como vimos en la entrada, igualmente con jeroglíficos, pero esta vez me llamo la atencion uno de ellos.

Me saque el collar, para verlo mejor, el del la columna con el mío eran iguales, no sabia que decía la columna, pero sin duda era el mismo collar.

-Aki mira esto.

Le mostré el collar primero a lo que se extraño y luego le mostre el collar tallado en el pilar.

-Son iguales Hika, pero no es posible... ¿no?

-No tengo idea Aki, realmente no lo se, será mejor que le tome una foto y se la mande Asuna, a lo mejor ella puede saber algo o averiguarlo.

-Buena idea Hika, creo que es lo unico que podemos hacer por ahora.

Emi se acerco curiosa a mi, que veía que le hablaba a la nada, por ende se imaginaba que estaba hablando con Aki. Emi mi agarro la mano donde tenia el collar para ver a Aki también, pero me asusto ya que no me lo espere.

-¿Qué hacen ustedes dos?

-Emi mira el pilar y luego el collar. - dijo Aki.

Emi me arrebato el collar de las manos, luego miraba el pilar, comenzó a ver los demás jeroglíficos, pero no encontró nada más.

-Hikaru, guárdate bien el collar entre la ropa, será mejor que nadie lo vea, por seguridad, esto me dio mala espina.

-Tienes razón Emi, será mejor guardarlo.

Me puse el collar y lo guarde entre mis ropas para que no se viera con lo que Emi dejo de ver a Aki.

Aki me comenzó a jalar de la ropa, me dijo que nos acercáramos a la estatua y sin que tuviera que decirme algo, comprendí lo que quería mostrarme, el gato de las nieves tenia puesto en el cuello el mismo collar que yo portaba, pero tallado en la estatua.

-El collar, pero... ¿como?... no tiene sentido.

-Hika no solo el collar mira lo que tiene amarrado en la cintura.

En la cintura tenia una especie de cinturón y en su lado derecho una daga.

-Aki, es la daga con la que te...

-Si Hika, es la misma.

En este punto no estaba entendiendo muchas cosas, pero de algo estaba seguro, este templo estaba conectado de alguna manera con lo que estaba sucediendo, no se como, pero lo estaba.

Le tome una foto a la estatua y se la envié a Asuna al igual como lo hice con la columna.

El guía nos pidió que nos acercáramos todos al centro del templo, pidiendo que tuviéramos cuidado con los gatos.

-Como motivo especial de hoy, las dejare con la procuradora del templo, que nos permitirá entrar a la cámara más antigua del lugar donde descansan los retos del Dios Nokosis, así que les presento a la señorita Riko Nishimura.

No pudimos evitar congelarnos con Emi.

Nuestra madre estaba frente a nosotros, charlando pidiendo que todo el grupo la acompañase para ver la sala, pero apenas pudimos movernos tanto Emi como yo, que nos tomamos de nuestras manos.

De todo los santo lugares a los que teníamos que toparnos con esta señora tenia que ser justo el lugar donde decidimos venir de vacaciones.

-Hika, ella es tu madre ¿cierto?

-No Aki... o sea sí, creo que me entiendes. - dije algo molesto.

-Si descuida, no te preocupes, todo saldrá bien.

-Aki

Creo que ella no se habia dado cuenta de nosotros porque seguía hablando mientras caminaba, de que no podíamos sacar fotografías, porque el flash de las cámaras podría arruinar la cámara que se mantiene a oscuras, por eso se requisaban los celulares antes de entrar, así que pusieron un sesto para que los dejáramos ahí.

Cuando ella se detuvo para abrir la puerta fue cuando se dio cuenta de nuestra presencia, se quedo tan mudo al inicio como nosotros, Emi me apretaba con fuerza la mano, de hecho me estaba lastimando, pero incluso ella tenia más miedo que yo.

-Hijos...

-¡No, nunca en tu perra vida seremos tus hijos Señora, eso nunca! - grito Emi.

-Emi vamos no pierdas tu tiempo con ella, entremos a ver la cámara, además todos nos están mirando.

Mire con asco a mi progenitora, ellas nos miraba avergonzada, también reparo en Aki, aunque ya sabíamos que la podía ver.