Parte 1 - La pareja de ex
-Para que me trajiste a este lugar Colmillos.
-Ya lo veras Aerosol confía en mi.
Caminábamos por un bosque cercano de la ciudad, Aerosol llevaba preguntándome un buen rato a donde la llevaba, pero no quería arruinar la sorpresa.
-La ultima vez que dijiste que confiara en ti, Colmillos, te encontré sin una pierna, casi te matan, y tuve que darte de beber de mi propia sangre.
-Si esa ultima parte la disfrute bastante.
Ella se detuvo en seco.
-Colmillos si me llevas a algún romántico, preferiría que lo dejemos así.
Eso me habia dolido, porque me costaba mucho tener que aguantarme querer estar con ella.
-No, te traigo para eso Aerosol... podrías parar de decirme cosas así, tal vez para ti fue fácil superarlo, pero a mi me duele, duelo mucho y sabes que odio el dolor.
Aerosol se acerco a mi, dudo de tocarme el hombro, y finalmente me abrazo.
-Perdón me desquite contigo, fui una tonta, el trabajo y lo que sucedió con Hide me tiene muy estresada, se que no es escusa, bien no pregunto más, te sigo.
Aunque el abrazo de Aerosol era cálido, el daño estaba hecho para mi.
Me la quite de encima cuidadosamente, estaba dolido y por mi condición ese dolor se sentía muy fuerte dentro de mi, era una lucha enorme entre la decepción y el amor que le tenia.
-Sigamos mejor Erika.
Sin darme cuenta habia llamado por su verdadero nombre Aerosol, pero gracias a eso habia entendido el mensaje.
Seguimos internándonos en el bosque, como era de noche, yo veía mucho mejor, mis ojos se adaptaban muy bien en la oscuridad.
-Colmillos, no te separes tanto recuerdo que yo no veo en la oscuridad.
-Si se me olvidaba, agárrame de la chaqueta entonces para que no nos separemos.
-¿De la chaqueta?, tu no pierdes la oportunidad de agarrarme de la mano o del brazo... supongo que es mejor así.
-Si yo también lo creo. -Dije fríamente mientras caminaba.
Proseguimos por un rato más hasta que llegamos a un claro.
-Desde ahora hablaremos en voz baja, o podrían escucharnos Aerosol.
-¿Escucharnos?, ¿quienes?
-Ellos, los de la V.T.A
Moví un par de ramas para que Aerosol pudiera ver.
Habian puesto un par de laboratorios conectados con túneles orugas entre ellos, también cerca del laboratorio habia unos camiones enormes.
-Por eso nunca encontrábamos a estos hijos de perras, siempre se movían de lugar, yo suelo recorrer este bosque porque me tranquiliza, hace cuatro días ese laboratorio no se encontraba aqui.
Aerosol me miraba con cuidado.
-¿Qué quieres hacer, atacarlos?
-Me conoces más que eso, sabes que si quisiera hacerlo, lo hubiera hecho simplemente, pero te quería mostrar a ella, la mujer que esta en el patio fumando, me da miedo Aerosol, incluso mucho más que Hide, siento que si me acerco a ella, moriría en el acto, además, no sientes que hay algo familiar en ella.
-¿Tu le tienes miedo a ella?, solo veo a una científica retorcida adicta al tabaco, y te aseguro que Hide da más miedo que ella, pero al menos me alegra, de que no hicieras una estupidez como atacarlo solo, idiota, no sabemos si pueden haber experimentos con ellos.
Mientras hablábamos en susurros, Aerosol se movió haciendo crujir una rama, fue la maldita rama más sonora que habia escuchado en mi vida.
La mujer miro hacia donde estábamos, de un momento a otro el árbol que estaba al lado nuestro se hizo añicos como por arte de magia.
La mujer se acerco al lugar que estábamos.
-Nada, tal vez fue mi imaginación. - Dijo la mujer mientras votaba humo por la boca.
Habia alcanzado a moverme muy rápido, quede detrás de otro árbol mientras sostenía Aerosol y le tapaba la boca.
-Señorita Venus, esta todo listo para iniciar el nuevo experimento.
Un hombre mayor con bata blanca salía de unos de los laboratorios, llamando a la mujer.
Ella volvio a fumar una ves más, tiro el cigarrillo al suelo, y lo piso.
-Iré de inmediato, preparen al niño.
-Como ordene Venus.
Espere que la mujer se entrara, para soltar a Aerosol.
-Eso estuvo cerca.
-¿Qué mierda fue eso?, ella hizo que el árbol reventara de la nada, como si le hubieran metido una presión aplastante.
-Aerosol se que esto no te gusta, pero agárrate firme, nos sacare de aqui rapido.
-Por favor hazlo Colmillos, sácanos de esta mierda.
-¿Ahora me entiendes porque esa mujer me daba miedo?
-Si, lo se, me equivoque por una mierda, nunca tuve que dudar si tu me decías que tenia miedo, solo me preocupa que vamos hacer ahora Colmillos.
-Preferiría hacer esto solo los dos, no me gustaria involucrar a Sonar ni a Melocotón que no a estado para nada bien, y menos molestar a Hikaru y su grupo, tal vez podamos contar con Noir.
-Creo que tienes razón Colmillos, veo que as madurado... escúchame, para mi tampoco fue fácil romper contigo, de hecho ni siquiera lo es.
Parte 2 - El hombre triste.
Estaba afuera del mismo bar de siempre que solía visitar, antes de llegar jure que habia visto a esa niña de pelo azul acompañada de un niño, la que llevo Colmillos a nuestras instalaciones cuando quería hablar con ese experimento fallido de esa mujer, incluso le daban un nombre a ese monstruo como si fuera una mascota, ¿que mierda están pensando, esos ilusos?
Entre al bar mal humorado, como siempre sonaba esa anticuada musica de jazz de los 60, pero que me hacia sentir como en casa.
Había muy pocas personas, dentro del bar y todas encerradas en su propio mundo
Me acerque a la barra, donde un viejo, pero fornido hombre con barba en punta y mostacho delgado, pero largo.
-¿Un Jhon Collis, Noir?
-Si lo de siempre Caesar.
En menos de dos minutos ya tenia mi trago listo sobre la barra.
-¿Día duro?
-No, uno normal, como siempre, aburrido y distante.
El Bartender se puso a limpiar los vasos con un paño mientras me hablaba.
-Nada mal supongo, pero deberías buscar algo más de sazón en el mundo, ¿no crees amigo?
-No, el mundo ya no tiene nada que ofrecerme, ahora soy yo el que tiene para ofrecerle algo al mundo.
Le entregue un sobre blanco que me saque de entre mi ropas.
Caesar estaba sorprendido de mala manera.
-¿Estas seguro de esto?, entiendes que si haces esto no hay vuelta atrás.
-Si, ya tome mi decisión.
-Noir, lo preguntare una ultima vez, estas seguro de querer traicionar a tus amigos.
Noir hizo añicos el vaso de Whisky que tenia en sus manos, haciéndose daño, pero el no se inmuto.
-¿Amigos?, ellos me traicionaron a mi primero Caesar, se aliaron con un maldito experimento, sabiendo lo que nos han hecho, por todo lo que tuvimos que sufrir por ellos, podía dejar pasar lo de Colmillos, porque le hicieron lo mismo que nosotros, pero tomar a más de ellos, cuando sucedió lo de 12, es ya ser estúpido, es reírse de nuestra desgracias Caesar.
-Amigo mío, deberías relajarte un poco.
Caesar, me agarro la mano para revisármela.
-Eso va a necesitar un par de puntadas Noir, ven, sígueme, a tras para curarte y hacer que te calmes, tu griterío esta asustando a los clientes.
Me voltee para ver, y tenia razón todos los ojos estaban puesto sobre mi.
Le pedí disculpas a Caeser por el exabrupto y lo seguí a la bodega, donde habian un montón de cajas con botellas de vinos, ron, y alcoholes varios.
Caesar, me dejo solos unos segundos y volvio con aguja e hilo de sutura, alcohol para desinfectarme y una tijera.
-Vamos siéntate ahí.
Caesar me pateo un taburete, procedí a sentarme para que pudiera cocer la herida.
Con mucha maestría, el me coció la mano, no se demoro mucho en hacerlo, de hecho hasta me sentía intrigado viéndolo.
-Quiero que sepas Noir, que no estoy de acuerdo con lo que quieres hacer, pero lo hare, después de esto, ya no te debo nada más.
-¿Que tal si a un puedo pedirte una cita Caesar?
Caesar me miro con un rostro asombrado, era difícil verlo poniendo una expresión en ese cansado rostro.
-Lo lamento Noir, debo rechazarte, sobre todo si me pides que venda a tus amigos a modoruvita.
Tuve que estirarme para pasar el mal sabor que me dejo ser rechazado.
-Supongo que tienes razón, me iré por hoy, volveré o otro día a beber.
-Si, siempre serás bienvenido como un amigo Noir.
-Si lo sé, Veintidós.
Estaba por irme, me di vuelta y vi a Caesar beber un trago de whisky lo que era extraño, ya que, el habia dejado beber.
-Noir antes de que te vayas, si vuelves a encaminarte, te arreglas dentro de ti, y te arrepientes de hacer lo que tienes planeado, vuelve a preguntarme, estare feliz de salir contigo, Siete.
Solté una carcajada, salí del bar viendo como era engullido por las luces de esta nevada ciudad, a veces habia un gran misticismo en este paraje urbano.
Me puse a caminar cuando pase por una de las vitrinas volví a ver el monstruo que era, o mejor dicho lo imaginaba, porque ahí estaba el reflejo de la nada, de lo que me hicieron esos malditos, y de los que le voy hacer a esos hijos de perra, ya no me importaba ir a cenar al infierno, si con eso me llevaba a todos los desgraciados conmigo, sobre todo a esa mujer: Venus.