Rui se detuvo, jadeando. Sentía la impotencia clavarse en lo más profundo de su ser, pero no podía rendirse, no después de lo que había sucedido. Cerró los ojos por un breve instante, intentando calmar el caos en su mente. Entonces, sus labios se movieron en un susurro apenas audible.
Rui: (En tono bajo, firme) Shūchū jōtai...
De repente, su cuerpo comenzó a cambiar. Los símbolos tribales emergieron lentamente en su piel, extendiéndose desde sus brazos hasta cubrir gran parte de su torso, brillando con un resplandor tenue. Un aura inestable lo envolvió, girando a su alrededor como un torbellino de energía latente. Sus ojos, antes llenos de rabia, ahora brillaban con tenuemente.
El espectro: (Con una sonrisa burlona) Vaya, vaya... ¿Eso es Shūchū jōtai? ¿Crees que será suficiente?
Rui: (Con voz fría, inquebrantable) Vas a pagar por esto...
El espectro: (Riendo con desprecio) ¿Estás tan seguro de eso?
El espectro se detuvo por un momento, sus ojos brillando con malicia. Luego, sin ningún esfuerzo, se deslizó hacia Ryosuke, como una sombra viviente. Su presencia abrumadora llenó el aire, y el joven se encontró frente a él, incapaz de moverse, su respiración atrapada en su garganta. El poder del espectro parecía aplastarlo, como si el mismo aire se hubiera vuelto pesado.
El espectro: (Mirando a Rui con desdén) ¿Y qué hay de este chico? ¿Luchará o seguirá temblando como un cervatillo asustado?
Ryosuke, paralizado por el terror, cayó de rodillas. Sus manos temblaban incontrolablemente mientras la desesperación lo envolvía. Sabía que no había forma de escapar, ni de luchar. Las palabras apenas salieron de sus labios.
Ryosuke: (En un susurro ahogado) N-no... no puedo...
El espectro: (Sonrisa torcida, acercándose más) ¿Oh? ¿Vas a llorar? Qué patético...
El espectro se inclinó, su voz resonando como un eco oscuro en la mente de Ryosuke.
El espectro: No te preocupes... No te mataré. No todavía. Solo quiero que observes. Mira bien... el espectáculo está por comenzar.
Rui ataca furiosamente desde atrás a El espectro pero El espectro salta y le pone el brazo en el hombro quedando espalda contra espalda.
Rui ataca con un volado de espalda y El espectro logra subir el brazo deteniendo el ataque, luego golpea la parte de sus piernas y El espectro vuelve a detener su ataque, luego se apartan.
Rui: (Pensando) Es inútil… no puedo hacerle daño….
Rui: (Pensando) Mei merece justicia… no puedo perder contra este tipo…
El espectro: ¿Qué sucede chico?¿Eso es todo lo que tienes?
El espectro: ¿Qué decepción no?
El espectro: Ahora me toca a mi… (Sonrisa)
El espectro se materializa delante de Rui y quedan frente a frente, Rui intenta golpear a El espectro con un puño pero este se materializa en su espalda y logra acertarle una espada giratoria que manda a Rui por los aires.
El suelo tembló ligeramente cuando el cuerpo de Rui impactó contra él. Tosió sangre, su visión borrosa mientras el dolor se extendía por todo su cuerpo. El espectro aterrizó suavemente frente a él, su figura apenas perturbada por la pelea, como si el combate no hubiera sido más que un juego de niños. La sonrisa burlona seguía pintada en su rostro, pero sus ojos emanaban una oscura satisfacción.
Rui: (Pensando, luchando por mantenerse consciente) No... no puedo caer aquí... Mei... no puedo fallarte...
Luchando por ponerse de pie, Rui apretó los dientes y, a pesar del dolor, se incorporó lentamente. El aura inestable que rodeaba su cuerpo fluctuaba, debilitándose a cada segundo, pero su espíritu seguía ardiendo. Los símbolos tribales en su piel parpadeaban, casi apagándose, pero Rui no podía permitirse detenerse.
El espectro: (Riendo suavemente) Admítelo, chico. Eres demasiado débil. ¿Qué te hace pensar que puedes derrotarme?
Rui alzó la vista, su mirada llena de determinación. El espectro había subestimado algo, algo crucial.
Rui: (Con voz entrecortada, pero firme) No... se trata de... poder... se trata de... justicia.
El espectro ladeó la cabeza, intrigado por las palabras de Rui, pero no parecía preocupado. En lugar de eso, su sonrisa se ensanchó, como si estuviera disfrutando del espectáculo de un hombre condenado tratando de resistir lo inevitable.
El espectro: (Con una sonrisa torcida) ¿Justicia? ¿Eso crees que va a salvarte? Qué patético.
Antes de que Rui pudiera reaccionar, el espectro se movió de nuevo. Esta vez, su velocidad era aún mayor, casi imperceptible. En un parpadeo, el espectro estaba frente a Rui, y un golpe directo en su estómago lo dejó sin aire. Rui sintió como si su interior se desgarrara, un dolor punzante atravesó su cuerpo mientras caía de nuevo al suelo, jadeando, luchando por respirar.
El espectro: (Con desprecio) La justicia es para los débiles. El poder es lo único que importa en este mundo.
El espectro levantó su mano, y una energía oscura comenzó a materializarse, girando y acumulándose en una esfera en su palma. La energía vibraba con una fuerza mortal, y el aire a su alrededor se volvió denso, pesado.
El espectro: (Fríamente) Te lo dije... esto se acaba ahora.
Pero justo cuando el espectro estaba a punto de lanzar el ataque final, algo dentro de Rui se activó. Los símbolos tribales en su piel comenzaron a brillar con un nuevo fulgor, más intenso que antes. El aire a su alrededor se cargó de electricidad, y una oleada de poder atravesó su cuerpo.
Rui: (Pensando, con una fuerza renovada) No... aún no ha terminado...
De repente, el aura de Rui explotó hacia afuera, liberando una ráfaga de energía que empujó al espectro hacia atrás. Sus ojos se abrieron con sorpresa, la primera vez que su expresión mostraba algo más que desdén.
El espectro: (Con una ceja levantada, asombrado) ¿Qué...?
Rui se levantó, su cuerpo rodeado de una energía feroz, inestable, pero poderosa. Sus ojos brillaban con una nueva intensidad, como si algo dentro de él se hubiera despertado. La rabia, el dolor y el deseo de justicia se fundieron en una fuerza pura, y su presencia en el campo de batalla cambió por completo.
Rui: (Con voz firme) No voy a perder... no mientras siga respirando.
Rui sentía la ira arder en sus venas. Su cuerpo irradiaba poder, pero el Espectro continuaba jugando con él, como un depredador que disfruta atormentando a su presa.
Rui: (Con voz firme, entre dientes) Lo vas a pagar…
El Espectro: (Con una sonrisa burlona) Interesante… así que tenías un as bajo la manga. Me divertiré un rato más contigo y luego me iré, ya me está aburriendo esta pelea...
Rui: (Con rabia creciente) Maldito hijo de perra…
El Espectro bajó los brazos, poniéndose en una guardia casual, confiada, como si el enfrentamiento no fuera más que un juego para él. Luego, alzó una mano y, con un gesto provocador, le hizo una seña a Rui.
El Espectro: (Con tono despectivo) Ven, Rui, ven. ¡Pelea!
La provocación era demasiado. Rui, impulsado por su ira y poder latente, se lanzó hacia adelante a una velocidad vertiginosa. En un abrir y cerrar de ojos, desapareció de la vista y reapareció detrás del Espectro, lanzando una feroz patada directo a su espalda. La fuerza del impacto fue tremenda, lo suficientemente poderosa como para hacer temblar el suelo bajo sus pies.
Pero el Espectro ni siquiera se movió.
El Espectro: (Riendo, claramente divirtiéndose) ¡JAJAJA! Esto es muy bueno, ¡sigue así, Rui! Golpea duro, vamos.
Rui retrocedió, atónito. Su patada, que debería haber roto huesos, no había tenido el más mínimo efecto. El Espectro lo miraba con los ojos entrecerrados, como un rey observando a un bufón que lo entretiene.
Rui: (Furioso, jadeando) ¡No puede ser…!
Sin perder más tiempo, Rui volvió a atacar, sus puños y patadas volaban a una velocidad inhumana, cada golpe con la fuerza de una bestia desatada. Pero, una y otra vez, el Espectro esquivaba o recibía los golpes sin inmutarse. Era como si los puños de Rui atravesaran el aire, sin lograr conectar verdaderamente.
El aura a su alrededor crecía en intensidad, y los símbolos tribales en su piel palpitaban con un brillo feroz, pero el Espectro seguía riéndose, disfrutando del espectáculo.
El Espectro: (Con una calma irritante) Esfuerzo inútil, Rui. Toda esa energía… todo ese poder… y aún así, no puedes tocarme de verdad.
La frustración de Rui estaba alcanzando un punto crítico. Sentía el peso de la impotencia aplastarlo, pero no podía detenerse. No podía fallarle a Mei, ni dejar que este monstruo siguiera adelante.
Rui: (Con los ojos llenos de rabia) ¡Cállate! ¡No te atrevas a burlarte de mí!
Con un grito lleno de desesperación, Rui lanzó un último ataque, concentrando todo su poder en un solo golpe dirigido al corazón del Espectro. Sin embargo, justo antes de que su puño pudiera siquiera rozarlo, el Espectro lo detuvo con una mano, como si atrapara una simple hoja que caía al viento.
El Espectro: (Con una sonrisa cruel) Tu rabia… es deliciosa, Rui. Pero ya me estoy cansando de este juego.
Con un giro repentino, el Espectro lo lanzó al suelo con una fuerza brutal, dejando a Rui sin aliento mientras su cuerpo golpeaba el suelo como un peso muerto.
El Espectro: (Frío y despectivo) No importa cuánta fuerza tengas… No importa cuánto lo intentes. Para seres como yo, tu esfuerzo es tan inútil como gritarle al vacío.
Rui, herido y jadeando, intentaba levantarse, pero su cuerpo se negaba a responder. Sentía que cada parte de él estaba fallando, y la risa del Espectro resonaba en su mente como un eco cruel.
La diferencia de poder era abrumadora, y Rui lo sabía. Pero aún así, su corazón ardía con la promesa de venganza.
El Espectro continuaba sonriendo, disfrutando del sufrimiento de Rui, jugando con él como un depredador lo hace con su presa. Rui, agotado y con la desesperación creciendo en su interior, no podía encontrar una manera de ganar. Cada golpe fallaba, cada esfuerzo parecía inútil.
Rui: (Jadeando) Maldito... no... puedo... rendirme...
Justo cuando el Espectro parecía listo para lanzar otro ataque, un extraño sonido resonó en el aire, como un eco distante. El Espectro detuvo su movimiento, mirando al vacío por un instante. Luego, con una sonrisa que parecía más fría que nunca, suspiró, visiblemente molesto.
El Espectro: (Con fastidio) Tsk... parece que me llaman. Qué lástima, justo cuando las cosas se estaban poniendo interesantes.
Rui, sorprendido, intentó aprovechar el momento, lanzándose una vez más hacia el Espectro con lo poco que le quedaba de energía. Sin embargo, antes de que pudiera siquiera acercarse, el Espectro desapareció de su vista y, en un parpadeo, reapareció detrás de él.
El Espectro: (Con una sonrisa macabra) No te emociones tanto, no me iré sin antes acabar contigo...
Antes de que Rui pudiera reaccionar, sintió un dolor agudo y desgarrador en su espalda. El Espectro había clavado su mano en el torso de Rui, atravesando su carne como si fuera papel. Rui gritó de dolor, sintiendo cómo su cuerpo se debilitaba al instante.
Ryosuke: (Temblando) ¡Rui!
El golpe del Espectro había sido devastador. Rui cayó al suelo, su cuerpo inerte y ensangrentado, mientras el polvo se alzaba lentamente a su alrededor. Ryosuke, temblando de horror, corrió hacia él, su corazón latiendo con fuerza, pero en lo más profundo sabía que algo estaba terriblemente mal.
Ryosuke: (Con desesperación) ¡Rui! ¡Rui, despierta!
Se arrodilló junto a su amigo, sacudiéndolo suavemente, esperando que de alguna manera abriera los ojos, que dijera algo. Pero nada. No había movimiento, ni respiración. Solo el frío toque de la muerte en su piel.
Ryosuke: (Susurrando, con la voz quebrada) No... no... por favor... no puedes...
El silencio era ensordecedor. El aire se volvía pesado, y la realidad de lo que había sucedido comenzó a hundirse en el joven. Rui no iba a volver. No habría palabras de despedida, no habría promesas de un futuro mejor. Había muerto sin siquiera poder defenderse hasta el final, arrancado de la vida en un instante cruel.
Ryosuke: (Con lágrimas cayendo) ¡No! ¡Rui, no!
Apretó los puños contra el suelo, sintiendo cómo su mundo se desmoronaba. La impotencia lo invadió, el dolor lo desgarraba por dentro, y la rabia comenzaba a brotar. Pero frente a él, no había más que el cuerpo inmóvil de su amigo. La sombra de la muerte había sido rápida y despiadada.
El Espectro observaba a Ryosuke desde las sombras, con una sonrisa cruel en su rostro. La figura de Rui yacía sin vida a su lado, y el aire se llenaba de una quietud aterradora. Ryosuke, aún arrodillado junto a su amigo caído, alzó la vista, con los ojos inundados de lágrimas y una mezcla de miedo y odio en su mirada.
El Espectro: (Con una voz fría y burlona) Adiós, niño.
(Se gira lentamente, caminando hacia las sombras) Nos volveremos a ver pronto.
Ryosuke apretó los dientes, su cuerpo temblando de rabia y desesperación, pero el miedo aún lo paralizaba.
Ryosuke: (Con la voz quebrada) ¡Maldito! ¡No te vayas! ¡No te escaparás después de esto!
El Espectro se detuvo por un segundo, girando solo la cabeza, con esa sonrisa escalofriante aún en su rostro.
El Espectro: (Con tono burlón) ¿Escapar? No seas ridículo, niño. Si quisiera, estarías muerto también. Pero... te dejo vivir, por ahora.
(Levantando un dedo, como si señalara un juego que aún no termina) Nos volveremos a ver, y entonces, te enfrentarás a algo mucho peor.
Ryosuke sintió un escalofrío recorrer su espalda. El Espectro se desvaneció en la oscuridad, dejándolo solo, con la promesa de un futuro encuentro que lo llenaba de terror.
El Espectro: Hasta entonces... disfruta de lo que queda de tu patética vida.
Y con esas últimas palabras, desapareció.
Ryosuke: (mirando al suelo, con la voz temblorosa y los ojos llenos de frustración) Soy... un cobarde... El peso de las palabras cae sobre él como una losa. Sus puños se cierran, su cuerpo tiembla.
Ryosuke: (con rabia contenida, su mirada se oscurece) "¡AHHHHHHHHHH!" Su grito rasga el aire, lleno de dolor y desesperación, resonando como un eco que parece no tener fin.
El agotamiento lo consume. Su cuerpo, incapaz de sostener el peso de sus emociones, finalmente cede. Ryosuke cae de rodillas y, poco a poco, el mundo se vuelve borroso. La oscuridad lo envuelve, hasta que todo queda en silencio.