—La universidad es aburrida. Aman llenarnos la cara de tareas —se quejó Ariel en la llamada. Jorge estaba sentado con los pies apoyados en un taburete, girando perezosamente un bolígrafo entre los dedos.
Su mirada se desvió hacia el reloj de pared, comprobando la hora. Anaya debía saber ya que Star Corps estaba cerrado hoy. Se había asegurado de que el conductor se quedara allí por si ella quería volver.
—¿Debes estar preparándote para la oficina? —La voz de Ariel lo trajo de vuelta, completamente ajena a sus pensamientos.
—Sí... N-no... —tartamudeó, lo cual era raro.
—Eso es confuso. ¿Es un sí o un no? ¿Es por una chica? —Jorge se tensó, momentáneamente descolocado. Sus cejas se juntaron mientras se sentaba más derecho—. ¿Chica?