—Sigues en contacto con papá —informó Aniya a Lisa después de entregar los platos sucios al muchacho de la cocina.
Con una cara de asombro, Lisa se volteó:
— ¿Ves? Te lo dije.
Después de tomar dos días libres había vuelto al trabajo, pero Aniya podía ver ojeras alrededor de sus ojos. Pensó que Lisa todavía estaba enferma, pero Lisa la satisfizo diciéndole que solo estaba débil por los efectos secundarios de sus medicamentos.
—Tenía la impresión de que podrían estar locamente enamorados y luego cruzó por mi mente que ninguna madre sensata querría encontrarse con un hombre que intentó violar a su hija.
Lisa tenía simpatía en sus ojos y Aniya la odiaba. Valerie rompió su confianza y aún actuaba como si la amara y se preocupara por ella.
—Entonces, ¿qué hay de tus planes de cumpleaños? —preguntó Lisa y ella se encogió de hombros con una sonrisa sarcástica.